Sistema tributario guatemalteco, Parte 2

Escrito por:

Alfredo Rodriguez

 

Viene del artículo, Sistema tributario guatemalteco, Parte 1

 

El juez norteamericano Learned Hand, en la sentencia del caso Gregory v. Helvering (1,935)[1] se pronunció respecto del derecho del ciudadano para arreglar sus negocios personales en la forma que le fuere más conveniente, convirtiendo a uno de los pasajes de dicha sentencia, en una de las citas que han sido más repetidas en el ámbito tributario:

“Cualquiera puede arreglar sus asuntos de forma tal que sus impuestos sean lo más bajo posibles; él no está obligado a escoger el camino que conduzca a pagar más al fisco.  No existe tan siquiera una obligación patriótica de incrementar sus obligaciones tributarias.  Una y otra vez las Cortes han indicado que no hay nada siniestro en arreglar los asuntos personales para mantener los impuestos lo más bajo posible.  Todos lo hacen de igual manera, pobres y ricos, y tienen razón, porque nadie tiene una obligación pública de pagar más de lo que la ley demanda.” (Traducción libre)

 

Entre otros, y apoyados en el principio constitucional de libertad de acción[2], los ciudadanos buscan arreglar sus negocios en forma que les sea beneficiosa a ellos y no al fisco.  Por supuesto, dentro del marco legal.

Por el contrario, hoy, y desde hace algunos años, se ha desatado una corriente que pretende que los ciudadanos no solo paguen lo que ordena la ley, sino también paguen lo que se espera de ellos.  Lo que se ha referido como “la cuota justa”.[3]

 

Y, de esa cuenta, vemos empresas multinacionales siendo objeto de severo escrutinio por gobiernos, funcionarios públicos y medios de comunicación exigiendo que paguen con base en “lo que deberían de pagar”.  Entendiendo por ello, el monto de impuestos que aplicaría si el contribuyente no adaptara su situación de negocios a una forma eficiente financieramente para él.  Esto implica, entre otros, dejar las potenciales estructuraciones de negocios aún que las mismas no tengan un propósito específicamente fiscal. 

 

De esa cuenta, las empresas y los ciudadanos ya no son medidos por la obligación legal, si no por lo que otras personas esperan que el contribuyente “deba de pagar”. 

 

En ese orden de ideas, se cita a JK Rowling que generó noticia porque, distinto a otras personas acaudaladas, ella decidió que no evitaría pagar impuestos porque cree que su obligación es pagar “su cuota justa”. 

 

Se indica que ella, al igual que otras celebridades que endosan que los más ricos paguen más impuestos, reprimen a altos ejecutivos y corporaciones que esconden su riqueza en otros países de baja tributación para evitar pagar impuestos[4]

 

De igual manera, la OECD señala que para acelerar el desarrollo debe asegurarse que las empresas multinacionales paguen “la cuota justa de impuestos” y señala que inspectores fiscales sin fronteras está ayudando a los auditores locales a revisar a las multinacionales para asegurar que el monto correcto de impuestos sea recolectado[5].

 

Múltiples entidades, organismos internacionales, gobiernos y medios de comunicación presionan para un cambio importante en la actitud del contribuyente respecto de la obligación tributaria.

 

Y, es así como vemos una serie de normas y medidas que se han venido implementando a nivel internacional para que los contribuyentes paguen más impuestos o “paguen los impuestos que les corresponden”.  

 

En la actualidad, no es ajeno ver a contribuyentes preocupados no solo de corroborar que se haya pagado lo que legalmente corresponde, pero, además, que no sea cuestionado públicamente por la autoridad tributaria, porque la censura y el señalamiento, corresponda o no, sea válido y legal, o no, puede conducir a consecuencias públicas de alto impacto negativo.

 

De esa cuenta, pareciera que el contribuyente ya no es juzgado sobre si obra o no legalmente, si no si cumple las expectativas del ente recaudador y la expectativa pública. 

 

¿Habrá terminado la época en que, como indica el juez norteamericano Learned Hand, el ciudadano arregle sus negocios en la forma como le conviene más a él y no al fisco?

 

Pensamos que debe de reflexionarse adecuadamente cualquier intento de mayor recaudación, por la vía que fuere, porque los impuestos, además de ser exacciones coactivas sobre el patrimonio del contribuyente, deben ser destinadas, como corresponde, a un gasto público transparente y eficaz que contribuya efectivamente al beneficio de los ciudadanos y no de los que ejercen el poder o de los que claman por más impuestos.

 


[1] “Anyone may arrange his affairs so that his taxes shall be as low as possible; he is not bound to choose that pattern which best pays the treasury. There is not even a patriotic duty to increase one’s taxes. Over and over again the Courts have said that there is nothing sinister in so arranging affairs as to keep taxes as low as possible. Everyone does it, rich and poor alike and all do right, for nobody owes any public duty to pay more than the law demands.”  In the case of Gregory v. Helvering 69 F.2d 809, 810 (2d Cir. 1934), aff’d, 293 U.S. 465, 55 S.Ct. 266, 79 L.Ed. 596 (1935)

[2] Artículo 5 Constitución Política de la República.  “Toda persona tiene derecho a hacer lo que la ley no prohíbe; …” “[…] esta Corte estima que el mismo se restringe al pretender someter a cualquier persona a disposiciones que no estén fundadas en ley.”  CC. Expediente 3818-2008. Sentencia 28/01/2009

[3] “Fair Share” su expresión en inglés.

[4] Paying your «fair share» of taxes: Prof Ho on what «fair» means – NerdWallet

[5] Ensuring multinationals pay their fair share of taxes – OECD

Ir arriba