Escrito por: Maria Alejandra Tulipano y Natalia Paniagua
Igualdad ya. Ese es el eslogan que la ONUSIDA ha utilizado para el Día Mundial del SIDA del 2022, que se celebra el 1 de Diciembre de cada año. Hace 41 años, el 1 de Diciembre de 1981 fue diagnosticado el primer caso de SIDA. Desde ese entonces, 25 millones de personas han muerto como consecuencia de afectaciones a la salud por VIH/ SIDA, siendo esta enfermedad una de las epidemias más mortales de la historia. Además, de acuerdo con las estadísticas de la ONUSIDA, en el 2021 alrededor de 38,4 millones de personas alrededor del mundo vivían con VIH.
Es por eso, que Gobiernos, Organizaciones Internacionales y Caridades de todo el mundo han tomado acción para realizar campañas de prevención y concientización para evitar contraer el virus del VIH, que de no tratarse a tiempo puede desarrollarse en SIDA y ocasionar daños graves al sistema inmunitario. Debido a tan alarmante situación, los Gobiernos han implementado políticas y legislación para combatir a la mortal enfermedad.
A nivel internacional el marco jurídico acerca del VIH y sida en el mundo del trabajo, destaca la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la cual reconoce, tutela y garantiza los derechos fundamentales de todas las personas, el Repertorio de Recomendaciones Prácticas, la Recomendación 200 de la OIT, el Convenio sobre los Derechos Sociales y Culturales, y el Convenio sobre Derechos Civiles y Políticos. Por su parte el convenio No 111, sobre la discriminación (Empleo y Ocupación),1858, OIT, en su artículo 1, inciso 1, plantea que: “el término discriminación comprende: a) cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación; b) cualquier otra distinción, exclusión o preferencia que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación, que podrá ser especificada por el miembro interesado, previa consulta con las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores, cuando dichas organizaciones existan y con otros organismos apropiados”. El convenio 111, inciso 2, artículo 2 expresa lo siguiente: “Todo miembro para el cual este convenio se halle en vigor se obliga a formular y llevar a cabo una política nacional que promueva, por métodos adecuados las condiciones en la práctica nacional, para la igualdad de oportunidades y de trato en materia de empleo y ocupación, con el objeto de eliminar cualquier discriminación a éste respecto”. La temática sobre VIH y sida en el mundo del trabajo se rige por la adopción de la Norma Internacional “Recomendación núm. 200, sobre VIH y sida y el mundo del trabajo” la que constituye un compromiso inequívoco de los mandantes de la OIT (los estados miembros y los representantes de los empleadores y trabajadores), en estrecha colaboración con las asociaciones de personas que viven con VIH y las organizaciones nacionales e internacionales que actúan como socias, aprovechando la inmensa contribución que el mundo del trabajo puede aportar para garantizar el acceso universal a los servicios de prevención, tratamiento, atención, cuidado y apoyo. A su vez se fundamenta en el Repertorio de Recomendaciones Prácticas de la OIT sobre el VIH y el sida y el mundo del trabajo (OIT, 2001).
En el marco del Sistema de la Integración Centroamericana a través del CONSEJO DE MINISTROS DE SALUD DE CENTROAMÉRICA y REPÚBLICA DOMINICANA adopto la Resolución COMISCA 07-2021 Relativa al Plan Estratégico Regional (PER) VIH y Estrategia Regional para la sostenibilidad en la respuesta al VIH (ERS) para Centroamérica 2021-2026. El Plan Estratégico Regional (PER) VIH 2021-2026 marca los lineamientos para trabajar en la alineación de los planes estratégicos nacionales en correspondencia al PER, con el fin de contribuir a la reducción de las desigualdades para poner fin a la epidemia de VIH en la región centroamericana al 2030, tomando en cuenta el análisis de escenarios emergentes como el de COVID-19, para garantizar la continuidad de los servicios de atención e intervenciones de prevención en las poblaciones más vulnerables. La estrategia regional para la sostenibilidad en la respuesta al VIH (ERS) para Centroamérica 2021-2026, tiene entre sus objetivos continuar con la medición anual del índice de Sostenibilidad de la Respuesta al VIH, fortaleciendo el análisis de la información, que permita la toma de decisiones para asegurar el uso adecuado de los recursos disponibles, la movilización de recursos nacionales, la inclusión del sector privado y de la sociedad civil, para el logro de la sostenibilidad de la respuesta y el cumplimiento de las metas para poner fin a la epidemia de VIH al 2030.
Se estima que el 23% de las personas con VIH en América Latina y el Caribe desconocen su infección, y aproximadamente un tercio se diagnostica tarde, con inmunodeficiencia avanzada. Se estima que alrededor de 110.000 niños, niñas y adolescentes (de 0 a 19 años) alrededor del mundo murieron en 2021 por causas relacionadas con el sida, según la última instantánea mundial de UNICEF sobre la infancia y el VIH/sida. Ese mismo año se registraron además 310.000 nuevas infecciones, lo que elevó a 2,7 millones el número total de jóvenes que viven con el VIH. UNICEF advierte que los avances en la prevención y el tratamiento del VIH en niños, adolescentes y mujeres embarazadas se han estancado prácticamente en los tres últimos años y que muchas regiones aún no han alcanzado la cobertura de servicios que tenían antes de la pandemia de COVID-19. Todo ello se suma a la brecha existente y cada vez mayor entre niños y adultos en lo que se refiere al acceso a los tratamientos.
Aunque solo constituyen el 7% del total de personas que viven con el VIH, los niños, las niñas y los adolescentes representaron en 2021 el 17% del total de muertes relacionadas con el sida y el 21% de las nuevas infecciones por VIH. Tal y como advierte UNICEF, si no se atajan las causas de la desigualdad en el acceso a los tratamientos, la erradicación del sida en niños y adolescentes seguirá siendo un sueño lejano.
Con todo, las tendencias a largo plazo siguen siendo positivas, según la instantánea de UNICEF. Entre 2010 y 2021, las nuevas infecciones por VIH disminuyeron en un 52% entre las niñas y niños de menor edad (de 0 a 14 años), al igual que entre los adolescentes (de 15 a 19 años), donde se redujeron en un 40%. De igual forma, la cobertura del tratamiento antirretrovírico de por vida en mujeres embarazadas que viven con el VIH ha pasado del 46% al 81% en una sola década.
Aunque la cifra total de niños y niñas que viven con el VIH está disminuyendo, la brecha en materia de tratamientos entre niños y adultos sigue aumentando. En los países prioritarios para UNICEF en la respuesta al VIH, la cobertura del tratamiento antirretrovírico en la infancia era del 56% en 2020, aunque disminuyó al 54% en 2021. Este descenso se debe a diversos factores, como la pandemia de COVID-19 y otras crisis mundiales, que han acentuado la marginación y la pobreza, pero es también el reflejo de la escasa voluntad política y la tibia respuesta frente al sida en la población infantil. A nivel mundial, el porcentaje de niños y niñas que viven con el VIH y tienen acceso a tratamientos fue aún más bajo, a saber, del 52%, una cifra que apenas ha aumentado en los últimos años.
Entretanto, la cobertura entre el total de adultos que viven con el VIH (76%) superó en más de 20 puntos porcentuales a la de los niños y las niñas. La brecha es aún mayor entre los niños y las mujeres embarazadas que padecen VIH (81%). El porcentaje de niños y niñas de 0 a 4 años que viven con el VIH y que no reciben tratamientos antirretrovíricos ha aumentado de forma preocupante en los últimos siete años. En 2021 alcanzó el 72%, una cifra similar a la de 2012.
En numerosas regiones, entre ellas África Occidental y Central, África Oriental y Meridional, América Latina y el Caribe, Asia y el Pacífico, Oriente Medio y Norte de África, también se registró durante 2020 un descenso de la cobertura de los tratamientos entre las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. En 2021, en Asia y el Pacífico y Oriente Medio y Norte de África se observaron nuevas disminuciones. Con la excepción de África Occidental y Central, que sigue registrando la mayor incidencia de la transmisión maternoinfantil, ninguna de las regiones mencionadas ha vuelto a los niveles de cobertura alcanzados en 2019. Estas perturbaciones ponen en mayor riesgo la vida de los recién nacidos. En 2021 se produjeron más de 75.000 nuevas infecciones en niños debido a que las mujeres embarazadas no fueron diagnosticadas ni sometidas a tratamiento.
A finales de la década de los noventa y a principios del nuevo milenio una de las más claras manifestaciones del compromiso político de lucha contra el VIH/SIDA, por parte de los países de la región centroamericana, ha sido la aprobación de las diferentes leyes especiales sobre el SIDA por parte de las Asambleas Legislativas. El pilar fundamental de estas leyes es la protección y defensa de los derechos humanos de las personas que viven con VIH/SIDA así como el acceso a la atención integral y tratamiento ARV.
Todas y cada una de las leyes hacen una referencia explícita al derecho que las personas con el VIH/SIDA tiene para acceder a servicios de atención integral. Hasta hace unos pocos años ningún país incluía la provisión de ARV dentro de su paquete básico de atención. Sin embargo, aunque en los últimos dos o tres años se ha iniciado la provisión de tratamientos, sólo un pequeño porcentaje de aquellos pacientes que lo necesitan lo reciben debido, entre otras razones, a su alto costo. En la región existe un compromiso claro de aumento de la cobertura y se continúan esfuerzos mancomunados con el sector privado y publico para recortar la brecha de asistencia y facilitar el acceso a tratamientos idóneos.
Leyes especiales de VIH/SIDA vigentes en la Región Centroamericana
País Nombre de la Ley Numero Artículos referentes a la Atención Integral
Guatemala Ley general para el combate del virus de la Inmunodeficiencia Adquirida-SIDA y de la promoción y defensa de los derechos humanos ante el VIH/SIDA
Decreto No 27-2000 Numero 35.
El Salvador Ley de prevención y control de la infección provocada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana Decreto No 588 24-10-2001 Numero 11
Honduras Ley especial sobre VIH/SIDA Decreto No 147-99 Numero 1,2 47,48,49,53,57
Nicaragua Ley de promoción, protección y defensa de los Derechos Humanos ante el SIDA. Ley No 238 (14.10.96) Numero 19
Costa Rica Ley general sobre el VIH/SIDA Ley No 7771 (20.04.98) Numero 7
Panamá Ley general sobre las infecciones de transmisión sexual, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana y el SIDA. Ley No 3 (05.01.00) Numero 21 ,22,23,24,25 y 33 . Capitulo III
En el caso de El Salvador, el 24 de Octubre del 2001 la Asamblea Legislativa emitió la Ley De Prevención Y Control De La Infección Provocada Por El Virus De Inmunodeficiencia Humana, la cual se derogo con el objetivo de emitir una ley más actualizada con el fin de responder de forma integral y eficiente a la evolución del Virus a nivel mundial, emitiendo el 14 de Diciembre del 2016 la Ley De Prevención Y Control De La Infección Provocada Por El Virus De Inmunodeficiencia Humana. Dicha Ley tiene por objeto velar por la salud de los salvadoreños, buscando la prevención, promoción, protección y atención integral y el control de la infección causada por el VIH; mediante la implementación de estrategias de coordinación interinstitucional. La Ley salvadoreña se aplica a todas las instituciones públicas, autónomas, así como a las personas naturales y jurídicas privadas que ejecuten acciones de prevención en relación a la infección por el VIH; mediante la misma Ley se le otorgan a las personas portadoras del VIH los siguientes derechos: a la no discriminación, al acceso a la información sobre VIH, a la información del diagnóstico de VIH, al acceso a la prueba para el diagnóstico de la infección por VIH, al acceso a la atención integral y acceso a recibir consejería y orientación.
Además, por medio de la Ley en mención, se crean los centros de asistencia integral los cuales el Estado en coordinación con organizaciones públicas y privadas promoverá y apoyará. Asimismo, la ley también establece obligaciones, siendo estas la de informarse sobre métodos de prevención del VIH, establece al personal de salud el deber de comunicar medidas y acciones para sensibilizar a las personas con VIH en cuanto a la responsabilidad ética de revelar su estado serológico por seguridad a su pareja y establece la prohibición de donar órganos, sangre y otros tejidos humanos. La ley mandató el establecimiento de una política de atención integral a través del Ministerio de Salud y creó la Comisión Nacional Contra el VIH.
Asimismo, el Ministerio de Salud en julio del 2022, emitió el Plan estratégico nacional multisectorial de VIH e ITS 2022-2026, en concordancia con la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de la ONUSIDA con el objetivo de poner fin a esta enfermedad. Desde la perspectiva regional centroamericana, en Diciembre del 2021 se avaló por los presidentes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) la Estrategia de sostenibilidad de los avances de Centroamérica y República Dominicana hacia el acceso universal a la prevención, la atención, el tratamiento, y el apoyo relacionados con el VIH. A pesar de todos estos esfuerzos, los nuevos datos de ONUSIDA demuestran que lamentablemente debido a la pandemia COVID-19, en los últimos dos años el progreso contra el VIH ha decaído, debido a que los recursos se han reducido, poniendo en riesgos millones de vidas.
En ese sentido, cada empleador debe contemplar en su respectivo programa de gestión de prevención de riesgos ocupacionales: “El Establecimiento de programas complementarios sobre consumo de alcohol y drogas, prevención de infecciones de transmisión sexual, VIH/SIDA, salud mental y salud reproductiva”. Esto está regulado en el artículo 8, numeral 7, de la Ley General de Prevención de Riesgos en los Lugares de Trabajo.
Estamos llamados como región centroamericana a ser parte e impulsores de un compromiso social y político renovado que permita llegar a los más vulnerables, asociaciones estratégicas y recursos para ampliar los programas, podemos erradicar el sida en los niños y niñas, los adolescentes y las mujeres si todos sumamos esfuerzos en la investigación, prevención y tratamiento adecuado del VIH Sida, sin estereotipos o sesgos.