Escrito por:
Manrique Hidalgo
Costa Rica, al adherirse a la OCDE, acepta formar parte de un riguroso proceso de adaptación, mejora y constante evaluación por parte de dicha Organización. Lo anterior no representa la incorporación de CR a un simple “club selecto”, sino es el integrar un grupo de países líderes en sus buenas prácticas institucionales, políticas, económicas, sociales y ambientales.
No pareciera, pero podría existir una relación directa entre los compromisos anteriormente adoptados en OCDE y la materialización de su solución y cumplimiento mediante un sistema que permita almacenar y/o procesar una ilimitada cantidad de datos, permitiendo una toma de decisiones por parte de la Administración Pública que responda a criterios mucho más objetivos.
Ese sistema mencionado anteriormente, es el uso de “Big Data” y representa un factor clave en el ámbito privado-empresarial, en donde ha constituido un avance impresionante en el manejo de sus operaciones diarias, brindando resultados muy positivos, pero que por el lado gubernamental se convierte cada vez más en una necesidad para cualquier Administración Central.
Actualmente hay países miembros de la OCDE que han utilizado big data para la mejora en su toma de decisiones. Tal es el caso de Canadá, gobierno que actualmente utiliza data de sus ciudadanos para saber su ubicación de habitación actual y así poder crear un mapa con la densidad de población en determinados lugares que son afectados por las inundaciones dependiendo del clima de la zona o niveles de agua de ríos.
Esto les permite tomar decisiones más objetivas y de manera mucho más rápida ante cualquier catástrofe natural e inclusive ayuda a la planificación de emergencias de manera más ordenada y eficiente. Por el lado económico les brinda una manera más objetiva de los rubros en los que se deben de destinar los recursos para cubrir este tipo de emergencias o bien preverlos.
Por nuestro lado, uno de los principales desafíos del Estado costarricense a lo largo de la historia, ha sido el control del gasto efectivo en las finanzas públicas, pero también el cómo generar más ingresos para un Estado que -según un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)- mantiene una deuda pública mayor al 50% del PIB del país.[1]
Es así como el uso de datos, información certera y algoritmos (big data), podría funcionar para amplias zonas de la economía estatal. A modo de ejemplo, se puede citar la eficiencia del recurso humano en toda la administración, de forma tal que la minería de datos de usuarios permita determinar cuáles son las zonas que tienen mayor o menor demanda y en cuáles hay más eficiencia para llegar a conseguir el resultado final de sus labores satisfactoriamente para el usuario.
De manera tal, que se pueda determinar las partidas arancelarias relacionadas al empleo público que constituyen una mayor productividad para la Administración y las que podrían ser sustituidas por otros medios de menor costo, siendo que el empleo público constituye una porción del PIB que representa el 50% de lo recaudado por el Ministerio de Hacienda, esto según informe del OCDE de Julio del año 2020.[2]
Por otra parte, en lo relativo a la generación de ingresos, se podrían generar decisiones menos riesgosas y basadas en datos certeros de los gobernados, aplicando la información proveniente de big data. Por ejemplo, en materia ambiental, se puede mejorar la calidad ambiental urbana, detectar áreas de elevado consumo energético y así diseñar estrategias para enfrentar esa eficiencia energética o incluso una mejora en el manejo y gestión de residuos.
El uso de datos personales representa al mismo tiempo una clave para la institucionalidad del país, siendo que por medio de ellos se podría tener un mismo rumbo en todas las instituciones, un mismo objetivo y canalizar todos los recursos para el cumplimiento de objetivos específicos, para dejar de tener el modelo que tiene el sector público actualmente, en donde todos representan un mismo Estado, pero cada institución tiene sus objetivos distintos entre sí, tal y como un archipiélago el cual es reconocido como una misma zona geográfica unida, pero compuesta por diferentes islas independientes una de otra.
[1] Informe de Estudios Económicos de la OCDE, Costa Rica. Julio 2020
[2] Informe de Estudios Económicos de la OCDE, Costa Rica. Julio 2020