Guatemala: La mediación como solución a la conflictividad comunitaria

Escrito por:

Martín Castellanos

 

El autor Stephen B. Goldberg de la Universidad de Northwestern definió la mediación como “una negociación llevada a cabo con la asistencia de un tercero”. Lo anterior a pesar de ser una definición “simple” de la mediación, me parece la más acertada, ya que dentro de la mediación son las partes las que llegan a sus propios acuerdos, además de tener libertad en el proceso ya que el mismo es voluntario. Claro, todo lo anterior con el apoyo de un tercero (imparcial) que facilitará que las partes en disputa logren llegar a un acuerdo.

 

No existe una “mejor” forma para mediar una disputa; las técnicas del mediador pueden variar dependiendo el tipo de disputa y las partes que se encuentran dentro de ella; sin embargo, existen múltiples tipos de mediación y una de ellas (en mi opinión la más importante) se denomina mediación transformativa. Este “tipo” de mediación contiene ciertas particularidades, por ejemplo:

 

  1. Contiene el potencial para transformar a las personas y su visión hacia el conflicto en el cual se encuentran.
  2. Este tipo de mediación busca dos simples efectos entre las partes: 1) el empoderamiento: esto se refiere al restablecimiento de las partes de afrontar sus propios problemas con vistas a la disputa; y 2) el reconocimiento: se refiere a reconocer y empatizar con los problemas de los demás.

 

Con las técnicas adecuadas un mediador puede apoyar, no únicamente a que las partes logren un acuerdo a su disputa, sino puede ayudar a que exista una transformación del conflicto y la forma que las partes ven y reconocen la disputa.

 

Guatemala es un país que se encuentra inmerso dentro de conflictividad interna.  Además, por ser un país pluricultural, muchas veces la forma de afrontar los conflictos a nivel interno no es la más adecuada. Al contrario, en ocasiones la lógica y la forma que utilizamos para “resolver” conflictos únicamente los hace empeorar.

 

Cabe preguntarse entonces ¿Por qué en Guatemala no utilizamos métodos alternos de resolución de conflictos para no solo resolver los problemas, sino también transformarlos? Dentro de la práctica legal en varias ocasiones nos encontramos con disputas entre empresarios y comunidades indígenas por la utilización de recursos naturales para la construcción y explotación de hidroeléctricas, minas, entre otros.

 

Dichas disputas únicamente acarrean costos y procesos legales extensos, desgaste, desencuentro y separación y, de igual forma, en muchos de los casos las partes no parecen realmente satisfacer sus intereses y resolver los conflictos, ya que la conflictividad no cesa necesariamente, sino únicamente queda en una especia de pausa.

 

A pesar de que existe un marco legal contemplado para estos asuntos (o la mayoría) dentro del convenio 169 de la OIT, no necesariamente se aprecia que los conflictos quedan resueltos, por lo contrario, los mismos se hacen más evidentes y mediáticos. Por lo cual, Guatemala de la mano del gremio empresarial que corresponda, en un esfuerzo en conjunto con comunidades indígenas deben de proponer la mediación comunitaria para tratar de resolver su conflictividad de una manera más eficiente y así poder transformar el problema y convertirlo en oportunidades.

 

Utilizando la mediación, inclusive antes de iniciar cualquier tipo de proyecto, ambas partes pueden entender las posiciones de cada uno y encontrar soluciones en conjunto que sean satisfactorias tanto para las comunidades, así como para el negocio por posibles problemas o conflictos que puedan suscitarse, con base en la experiencia de ambas partes.

 

Lo anterior se puede lograr únicamente dando oportunidades a los métodos alternativos de resolución de conflictos, preparando mediadores, entrenando a los jóvenes universitarios para que entiendan que el litigio no es la única forma de resolver conflictos. Debemos pensar primero en nuestro cliente y que es lo que más le conviene a este para solucionar sus conflictos.

 

Debemos de ver y apreciar esta conflictividad desde un aspecto de oportunidades de desarrollo y de negocio, entendiendo las diferencias culturales que muchas veces nos separan para lograr “sentarse en la mesa” con la mente dispuesta a ver y apreciar posibilidades y poder encontrar resultas positivas y creativas. De esta forma no solamente resolveremos un problema sino podremos transformarlo en oportunidad.